Desde hace más de diez veranos en Valverde de la Vera el sol aprieta menos en sus calles gracias a unos parasoles hechos con ganchillo por sus vecinos.
A partir de plásticos que recogen a lo largo del año, se elaboran toldos reciclados. El plástico proviene de las bolsas de la compra, de impermeables tirados en la calle en municipios más grandes, de los envueltos de plástico de los pedidos que llegan online y de las bolsas del mercado cuando van a comprar la fruta y verdura, entre otros.
El proyecto “Tejiendo la Calle” comenzó gracias a la arquitecta Marina Fernández y poco a poco ha ido recopilando todos los aprendizajes y vivencias que han tenido en un libro en el que su padre le ayuda con las fotografías y también el Fotógrafo Asier Rua. También en un documental con entrevistas y narración propia de sus protagonistas principales.
Poco a poco cada vez más personas se han ido interesando y le han dado vida y con ello se ha forjado un entramado de relaciones que está ayudando a que Valverde de la Vera sea una comunidad sólida con una conciencia de autoproducción que ya tenían de antaño y que se estaba perdiendo. Sobretodo son las vecinas del pueblo las que se reúnen y tejen en los meses más fríos cuando el pueblo está vacío y en el mes de julio ponen sobre la mesa lo que se ha producido y se cuelgan los toldos de balcón a balcón.
“Nos juntamos en invierno en el salón de actos y mientras unas cortes, otras tejen y otras muestran y guardan los que ya están hecho para verano. Nos encanta saber que lo hemos hecho nosotras y nos sirve de técnica de relajación y conexión entre las vecinas, es crear comunidad y darnos una visibilidad de que hemos hecho algo en conjunto” cuenta una vecina.
Además, algunas de las piezas son creadas como divulgación del cuidado de la flora del entorno ya que muestran especies vegetales protegidas de la comarca de La Vera como flores de plantas como el clavelino, la asperilla, el arce de Montpellier, la flor de la Vitalina Primuliflora.
Este año en la misma localidad también se ha expuesto la pieza que han realizado los vecinos en otro marco de proyecto llamado Sobremesa, por Empower Parents, en el Museo Ico. A través de él varias madres de niños diagnosticados de TEA han podido expresar sus experiencias de vida familiares a través de un mantel hecho con patchwork. Un mantel de amigas, madres y familias que quieren generar entornos más inclusivos, que cuiden y acompañen a las familias con hijas e hijos con este trastorno.
Espero que estas grandes ideas os inspiren para tener más ejemplos de cómo se puede fomentar otras formas de producir y consumir en comunidad. Desde Anaranjada, estoy encantada de poder ayudar a visibilizar este tipo de iniciativas que ponen en valor la riqueza de lo que ocurre en nuestros municipios y ciudad. ¡Aquí estoy cuando lo necesites!.
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