¿Quién no ha llegado algún lunes en la mañana a la oficina y ha oído "reunión de lluvia de ideas” para encontrar una solución creativa a este tema? Vivimos en el sector de la comunicación en un constante esfuerzo por imaginar nuevas formas de hacer nuestro trabajo, pero no nos damos cuenta que es la velocidad a la que trabajamos el primer obstáculo para asentar ideas y darle forma a lo que creamos 😎
La creatividad en reuniones de lluvia de ideas cerradas, la creatividad con deadlines muy cortos, la creatividad sin espacios donde fluir.
La manera en la que la creatividad marca la diferencia de nuestros diseños y de nuestras estrategias de comunicación, define también que atractivo y resolutivo es aquello que finalmente nos encontramos al final del proceso de creación.
Me llama mucho atención cuando los compañeros de otras áreas se acercan al equipo de comunicación para felicitar por toda la creatividad que tenemos, pues es un momento en el que me hace reflexionar mucho de cómo los demás piensan que es “ser creativo” y cómo es el proceso de trabajo que hemos hecho para llegar hasta construir algo definido.
Además, de haber muchos cambios y de ser muchos puntos de vista los que dan forma al proceso, en parte la concentración y dedicación son puntos fuertes que nos ayudan a conseguir cerrar un trabajo. Es increíble como todo empieza desde un panel blanco en el que poco a poco se crean pequeños elementos, eligiendo los colores corporativos y dando forma al mensaje que quieres transmitir, con un deadline detrás además y uno límites de tiempo que se convierte a veces en un gran obstáculo para dar rienda suelta a las ideas.
No hay dudas de que hoy en día es fundamental potenciar y poner en marcha el pensamiento creativo de los equipos en un momento en el que encontrar soluciones con valor diferencial, eficaces y eficientes es de primera importancia. ¿Pero es la lluvia de ideas en la oficina la mejor estrategia para ello?¿Soy la única en que se le da muy mal pensar ideas en la oficina cuando está repleta de estímulos y de urgencias?
La importancia de buscar la creatividad en espacios artísticos
Al empezar el año me dispuse a encontrar formas diferentes de expresión personal fuera de lo laboral y de disfrutar de talleres que me ayuden a centrar mi atención en una idea para crear y construir algo con mis propias manos.
La primera experiencia fue este sábado 22 de abril en un encuentro de acuarelas en el espacio de coworking creativo la Botánica. Este lugar está conectado de una forma especial con Anaranjada Comunicación también porque tenemos en común el objetivo de potenciar las marcas locales. Se siente nada más cruzar por la puerta, donde cada artista tiene en su mesa todo tipo de herramientas particulares para construir sus piezas desde su propio conocimiento y sentido.
De entrada, me sorprendió la energía que tenía Criselda, la profesora, poniéndole mucho cariño a los detalles y preparando una mesa llena de todos los materiales necesarios para pasar la mañana: flores frescas y llenas de color, pinceles de diferentes tamaños, acuarelas en tubos, bote de agua, paño, entre otros. Después de una breve presentación, nos explicó como de particular era cada papel que íbamos a usar y comencé a soltar la mano con el pincel para dejar fluir mi propia manera de pintar haciendo trazos distintos.
Conocí las acuarelas en tubo y la forma de crear una gama de colores para hacer los primeros dibujos de flores inspirándome en las que teníamos en los jarros en frente. Entre galletas de chocolate y té de menta se pasó la primera hora pintando hojas y haciendo formas desiguales según la manera en que movía los pinceles de diferentes tamaños. Más tarde, la profesora nos adentró en algunas técnicas de acuarelas menos corrientes como la del húmedo sobre húmedo que me sorprendió la manera en la que los pigmentos navegaban por la hoja allí donde el agua se encontraba.
Eramos 3 alumnas en la clase ,y más relajadas entre risas y confesiones de donde veníamos cada una, y que nos había llevado hasta hacer el taller y dar con el lugar, pasamos a crear en otros formatos como en guarda libros y cartas hasta que finalmente llegó el momento de hacer nuestro cuadro que nos llevamos a casa como recuerdo de lo vivido.
Es curioso cómo la acuarela ayuda a dejarte fluir en los primeros momentos cuando sabes que lo que estás creando no es algo definido y cómo después al saber que vas a crear un producto final entra en juego la capacidad de hacer algo “bello”. Pues desde mi experiencia, ya después de estar 3 horas soltándome y practicando me ayudó a crear un cuadro de flores curioso y bonito.
Al final, es lo que compartimos todas en la mesa, que el tener tiempo para dedicarle atención a un proyecto y el ser constante es lo que te da la capacidad de mejorar en crear cualquier cosa por una misma. Pequeñas lecciones de un sábado artístico que me llevo para seguir potenciando mi forma personal de crear en lugares donde el tiempo se para. ¡Gracias la botánica!
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